Amiantec ha desamiantado las bancadas del polideportivo de La Granja (Laudio)

Amiantec ha confirmado que los días 5, 6 y 7 de agosto llevó acabo, como empresa subcontratada por Construcciones Laumora SL, “la retirada de 54 poyetes (tubo de fibrocemento amianto relleno de hormigón) de 40-60 cm cada uno de las bancadas del graderío” del Polideportivo de La Granja, en Laudio. Concluye que “los resultados de las mediciones ambientales realizadas indican que los valores de fibras de amianto en las zonas muestreadas están dentro de los valores establecidos 0,0049” por debajo del límite de 0,01 fibras/cm³”. Por lo que indica que es un resultado “satisfactorio y aceptable, aunque el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) concluye en sus notas técnicas que “la concentración esperada debería de ser 0 fibras/cm³”. A partir de diciembre de 2030 el control de fibras en ambiente deberá realizarse por microscopia electrónica, más precisa y que detecta fibras más finas.
Hace un año se retiraron 6 poyetes de los vestuarios del polideportivo con amianto, y durante este mes de agosto Construcciones Laumora SL se ha encargado de esta obra por 46.149 euros, subcontratando a Amiantec.
En el informe no se ofrecen datos de si antes del inicio de la obra había fibras de amianto o si se hicieron mediciones previas, porque desde hace más de un año que afloró la existencia del mineral cancerígeno en el polideportivo municipal, primero en los vestuarios y después en las gradas, se protegió los bancos con amianto con una cubierta de madera.
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) en su Nota Técnica de Prevención (NTP) sobre ‘Amianto: Determinación de fibras en aire. Volumen de muestreo’ concluye que “debe asegurarse que ‘la concentración sea, como mínimo, inferior a 0,01 fibras/cm3 […] aunque la concentración esperada debería ser 0 fibras/cm³”, que no se ha cnseguido.
Amiantec explica los trabajos realizados en un informe. “Para la retirada del fibrocemento existente en los poyetes, se ha creado una burbuja de contención para realizar los trabajos en su interior. Para crear una presión negativa en el interior de la burbuja se ha colocado un depresor y así evitar que las posibles fibras que se pudieran desprender en el proceso de desamiantado quedaran siempre en el interior de la misma”. Por lo que añade que “una vez construida dicha burbuja y, comprobado su correcto funcionamiento, los operarios se introducen en esta a través de la puerta creada en la burbuja, e introducen también big-bags, plástico y picadores neumáticos, así como el aspirador y bayetas húmedas para limpieza final. y cuando todo está dentro se sella la burbuja con cinta”. Detalla que “una vez dentro de la misma se impregna con líquido encapsulante los poyetes de fibrocemento. Tras esperar a que el líquido aglutinante seque los operarios proceden a picar el suelo alrededor de los poyetes hasta liberar el tubo de fibrocemento, intentando no tocar el fibrocemento. Una vez liberado el poyete, el tubo con el hormigón en su interior se introduce en big-bags homologados para amianto, así como todo el escombro resultante de la operación”.
Añade Amiantec que “un vez desmontados todos los poyetes incluidos dentro de la burbuja y, depositados estos en sus correspondientes big-bags sellados, se procede a la limpieza exhaustiva de la burbuja mediante aspirador homologado para fibras de amianto. Los big-bags, las herramientas, el aspirador y todo lo que se hay introducido se limpiará también con trapos húmedos”.

Por lo que, finalizado el desamiantado, “se desmonta la burbuja y todo el plástico utilizado se mete en también en big-bags, sellándolos. Y se procede a realizar un segundo aspirado y limpieza alrededor de los huecos que han quedado tras la retirada de los poyetes”.
Sobre el control de fibras de amianto en la zona de trabajo y ambiente, explica que el volumen de muestreo para detectar fibras de amianto debe ser de al menos 480 litros. “Es posible alcanzar estas condiciones con dos o más muestras consecutivas que supongan como mínimo este volumen de aire y estén tomadas a distancias menores de un metro de una a otra” dice, a la vez que añade que decidió controlar el doble “960 litros”.
Amiantec precisa que los resultados de las mediciones ambientales realizadas indican que “los valores de fibras de amianto en las zonas muestreadas están dentro de los valores establecidos 0,0049 < 0,01 fibras/cm”, por lo que concluye que es “un resultado satisfactorio y aceptable”.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) en su Nota Técnica de Prevención (NTP) sobre ‘Amianto: Determinación de fibras en aire. Volumen de muestreo’ concluye que debe asegurarse que ‘la concentración es, como mínimo, inferior a 0,01 fibras/cm³ […] aunque la concentración esperada debería ser 0 fibras/cm³’, que no se dió tras el proceso en La Granja.
La normativa técnica señala que “como el MTA/MA-051 propone un volumen mínimo de 480 litros, recomendando que se tome el mayor volumen de aire posible, el criterio general a considerar es recoger el máximo volumen que permitan las condiciones en las que se realice el muestreo. Para asegurarse de que la concentración es, como mínimo, inferior a 0,01 fibras/cm³ , se puede utilizar este valor en la ecuación [4], aunque la concentración esperada debería ser 0 fibras/cm3”.

“En este caso, el intervalo de volumen a muestrear para alcanzar la zona óptima de densidad de fibras en el filtro (100 – 650 fibras/mm2 ), para que su análisis (recuento) sea fiable, estaría comprendido entre 3.850 litros y 25.000 litros, lo que garantiza una concentración ambiental menor a la utilizada como referencia. Por ejemplo, suponiendo un muestreo de 360 minutos a 12 l/min, el volumen de aire muestreado es de 4.320 litros y el LC resultante, aplicando es 0,001 fibras/cm³, adecuado al objetivo de la medición”.
Normativa europea
La UE exige que, tras la modificación de 2023, el valor de 0,01 fibras/cm3 hasta 2028. Antes se permitían 0,1 fibras/cm³. Se intentó que se redujera y se situara en 0,001 fibra/cm³, pero -como siempre- la Comisión Europea cedió al lobby empresarial y concluyó que, a partir de 2029, se mantengan esas 0,01 fibras/cm3 ó 0,002 fibras/cm3, pero el control se realizará mediante microscopia electrónica, más precisa y que detecta más fibras -se calcula que un 40% más-.
Según la UE, “teniendo en cuenta los conocimientos científicos pertinentes y un enfoque equilibrado que garantice al mismo tiempo la protección adecuada de los trabajadores a escala de la Unión Europea, deben establecerse valores límite revisados, que, en función del método de recuento de fibras utilizado en un determinado Estado miembro, deben ser iguales a 0,002 fibras por cm³ al realizar el recuento de fibras con una anchura comprendida entre 0,2 y 3 micrómetros, o a 0,01 fibras por cm³ al realizar el recuento de fibras con una anchura inferior a 0,2 micrómetros, como media ponderada en el tiempo durante 8 horas (TWA, por sus siglas en inglés)”.
Por lo que determina que “debe utilizarse un método más moderno y sensible basado en la microscopía electrónica o cualquier otro método que ofrezca resultados equivalentes o más precisos, al mismo tiempo que tenga en cuenta la necesidad de un período suficiente de adaptación técnica y de una mayor coherencia entre las diferentes metodologías aplicadas actualmente en la Unión Europea. A fin de disponer de tiempo suficiente para cumplir los nuevos requisitos relativos a la medición de fibras de amianto, debe preverse un período de transposición de seis años”, que llega a diciembre 2029. Es decir, entrará en vigor en 2030.
Una vez adoptada la modificación de la citada Directiva, se establece un periodo transitorio de dos años en el que los Estados miembros deberán reducir el actual límite de exposición a 0,01 fibras por cm³. Tras un periodo transitorio máximo de 6 años, y se tendrán que cambiar los métodos de medición para contar las fibras de amianto por el método de microscopía electrónica a lo largo de este tiempo. Este método es más moderno y más preciso que la microscopía de contraste de fase utilizada actualmente.
Con lo cual, a partir del 2030 los Estados miembros de la UE deben elegir entre: un valor límite igual a 0,01 fibras por cm³, midiendo las fibras de amianto más finas; o un valor límite igual a 0,002 fibras por cm³ sin medir las fibras de amianto más finas.