Crónica Alacant: La necesidad de parar el rearme para mejorar nuestras vidas

El Centro Social Acontracorriente de Alacant acogió este sábado por la tarde una charla sobre “El rearme y sus repercusiones en en el gasto en los servicios públicos”

“Hay que encender esa chispa en muchos lugares y que uniéndolas generen un resplandor que sea capaz de cegar en sus planes a estos gobiernos corruptos y hagan retroceder a ese capitalismo salvaje que nos gobierna con el único objetivo de enriquecerse y empobrecer más a la mayoría social”

El Centro Social Acontracorriente de Alacant acogió este sábado por la tarde una charla sobre el rearme y sus repercusiones en en el gasto en los servicios públicos, organizada por la Coordinadora OTAN No Bases Fuera. Andreu Garcia, director de ‘El Otro País’, introdujo la conferencia sobre las consecuencias del rearme militar, que es noticia un día sí y otro también. Alertó de aquellos dirigentes meten miedo sobre una guerra en toda Europa y presentó al conferenciante el periodista Juanjo Basterra, quien llamó a la movilización para impedir que miles de millones de euros, muy necesarios para el desarrollo de los servicios públicos, vayan a parar a los bolsillos de la élite económica que ve en la industria militar, “la industria de matar” -como especificó- un enorme negocio para seguir enriqueciéndose a costa del empobrecimiento de las clases populares y trabajadoras y como salida a la crisis del capitalismo. Son vasos comunicantes: si inviertes en la industria militar, no inviertes en gasto público y social, con lo cual enriqueces a unos pocos y empobreces más a la mayoría.

Por eso transmitió la necesidad de movilizarse. “No queda otro remedio. Estamos viendo como otros países europeos lo hacen. Hay que encender esa chispa en muchos lugares y que uniéndolas generen un resplandor que sea capaz de cegar en sus planes a estos gobiernos corruptos y hagan retroceder a ese capitalismo salvaje que nos gobierna con el único objetivo de enriquecerse y empobrecer más a la mayoría social”.

El periodista vasco admitió que invertir más en la industria de matar por parte de los gobiernos, como se lleva haciendo ya desde hace varias décadas, aunque todavía no les parece suficiente, conlleva una disminución de recursos económicos para servicios y necesidades sociales.

Estado de Bienestar para frenar el socialismo

Recordó que tras la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de impedir que el socialismo y el comunismo, que expandiera con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), los países capitalista introdujeron lo que se llamó el ‘Estado de Bienestar’ con el fin de frenar la expansión socialista. Sin embargo, con la crisis del petróleo en los años 70, la élite económica cambió esa tendencia y comenzó la fase de recortes, precarización del empleo y una pérdida de poder adquisitivo dirigida, sobre todo, a los trabajadores y trabajadoras.

Desde entonces se han producido seis crisis capitalistas importantes, lo que muestra, según el conferenciante vasco, que Marx y Engels ya anticiparon con certeza lo que iba a ocurrir: “el capitalismo genera periódicamente crisis debido a una contradicción central: produce más bienes de los que la población puede consumir, porque la riqueza se concentra en pocas manos”, lo que conduce a una “superproducción” que “lleva a colapsos económicos que destruyen recursos y afectan a millones de personas”.

El poder se concentra en tan solo un 1%, “dejando a gran parte de la población en pobreza o precariedad. Esto estrecha los mercados y dificulta absorber toda la producción, reforzando el ciclo de crisis”, y la denominaron “la barbarie moderna” porque no sólo destruyen la economía, sino también el tejido social. Todo esto se comprueba en estos tiempos con “el cambio climático, las guerras y las hambrunas, que recaen principalmente sobre los sectores más vulnerables”.

La respuesta de la burguesía a cada crisis, como decían Marx y Engels, era la destrucción de las fuerzas productivas y la búsqueda de nuevos mercados. “Pero estas soluciones, según su análisis, solo posponen el problema y generan crisis futuras más profundas, como se ha ido viendo a lo largo de las últimas décadas”.

Por lo tanto, trasladaron la necesidad de profundizar en la conciencia de clase y la transformación social, elementos esenciales que las élites están logrando que no obtengan el protagonismo necesario. Por lo que es necesario impulsar lo colectivo sobre lo individual, donde el capitalismo y sus esbirros siempre ganan, y avanzar en la acción colectiva y proteger e impulsar la conciencia de clase para hacer frente al capitalismo.

Tres presidentes de gobierno del PSOE

Tras esta descripción hacia donde nos lleva el capitalismo en crisis, abordó el grave problema de dirigir el gasto público hacia la inversión en la industria militar que no es nuevo y que tiene su origen en la entrada del Estado español en la OTAN con el presidente español Leopoldo Calvo Sotelo, el 30 de mayo de 1982 y con la “traición” de Felipe González que con mayoría absoluta llevó a referéndum la permanencia en la OTAN. Lo que al principio fue un rechazo, con el apoyo de otros partidos de izquierdas, se convirtió en una aceptación. Solo Euskal Herria, Catalunya y Canarias votaron que no a la entrada del Estado español en la OTAN en el referéndum de marzo de 1986 hace casi 40 años.

Otro presidente español del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en 2011, impulsó la reforma del artículo 135 de la Constitución española, con apoyo del PP, que estableció el principio de estabilidad presupuestaria y dio prioridad al pago de la deuda pública sobre mejoras de las condiciones de las personas.

Y en la actualidad, el presidente español Pedro Sánchez (PSOE) está de acuerdo, de hecho, con el aumento de la inversión en la industria militar con los postulados de la OTAN, pese a los rifirrafes con Rute o Trump en cuanto a su porcentaje y se ha convertido en un apoyo esencial para Ucrania donde estamos viendo la corrupción existente en los gobiernos de Zelensky, además, de dar su apoyo a los grupos ultraderechistas.

Crece el gasto militar, más que nunca

En base a esa realidad, la charla entró en el meollo de las cifras. El gasto militar aumentó en todo el mundo en 2024 hasta alcanzar los 2,7 billones de dólares, su nivel más alto desde al menos el fin de la ‘Guerra Fría’ y equivalente al 2,5% PIB mundial. La ONU sostiene que el gasto militar mundial podría ascender a entre 3,5 y 5,2 billones de dólares para 2030. Este aumento proyectado se vería impulsado, en parte, por el respaldo de los Estados miembros de la OTAN a su objetivo para lograr que su gasto militar alcance el 5% de su PIB.

Ya se sabe que en los últimos 10 años, los gastos militares de los países de la UE de la OTAN, según sus datos, han aumentado en casi un 50%, de 145 mil millones de euros en 2014 a 215 mil millones de euros en 2023, que en 2024 se superan, lo mismo que en 2025, aunque todavía el dato final no está actualizado.

Sirvan estos ejemplos: durante una década, Alemania ha aumentado su gasto militar real en un 42%, Italia en un 30% y el Estado español en un 50%.

El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) sostiene que “dedicar recursos financieros adicionales a las fuerzas armadas supone una contrapartida, dejando menos recursos financieros disponibles para el desarrollo de un país y de sus habitantes, creando y aumentando las desigualdades”.

Pero ¿cuánto se gasta el Estado español en la industria militar? El presidente español Sánchez adelantó en abril que invertiría este año 10.471 millones más en Defensa, hasta llegar a un total de 33.123 millones. De ese modo se adelantaba en cuatro años la fecha fijada hasta ahora de 2029 para lograr ese objetivo.

Considerando las cifras absolutas, el presupuesto en Defensa pasó de 9.508 millones de euros en 2014 a 19.723 millones en 2024, lo que representa un aumento del 107% en una década.

Sin embargo, Juan Carlos Rois, del Grupo Antimilitarista Tortuga, de Elche, analiza mes a mes el gasto militar que se aprueba en Consejo de Ministros y solo este año hasta noviembre se autorizó, aprobó y se acordó un compromiso de gasto de 93.580,6 millones de euros. No es el total que se va a gastar este año, como indica su autor, sino que es un techo plurianual, pero sí destaca una cifra en torno a 44.200 millones que sería el gasto final por lo aprobado ya.

En la charla de Alacant se puso de relieve diversas protestas y acciones que diferentes colectivos como Kakitzat o Argitan de Barakaldo llevan realizando contra la industria militar. Hace unos días exigieron ante la Hacienda foral de Barakaldo que no se invierta ni un euro en la industria militar y denunciaron que el Gobierno autonómico vasco ha apoyado “con más de 100 millones en subvenciones pública a los ‘señores de la guerra’ con label vasco”.

También se informó que el grupo antimilitarista Gasteizkoak lanzó hace poco más de un año el libro ‘Conversión de la industria militar en Euskal Herria. Para no fabricar más guerras’, editado por ZAPateneo, y plantea precisamente esa conversión con grupos antimilitaristas, sindicales, sociales y políticos, aunque todavía no han llegado a una conclusión de cómo hacerlo.

Invertir en Defensa genera menos empleo

Un estudio reciente concluye que el Estado español es una de las grandes potencias de la industria armamentística. La facturación consolidada de las industrias representadas por la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae) indica que creció un 16,2% en 2024, hasta los 16.153 millones de euros. Esta cifra supera, por primera vez, las cifras previas a la pandemia. Y Los territorios que más venden en la industria militar son Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha, Galicia y el País Vasco.

“En Alemania, Italia y España, las disparidades en las tasas de crecimiento son ampliamente similares. Las armas están absorbiendo una proporción cada vez mayor de los recursos que los países dedican a nuevas capacidades de producción, nuevas tecnologías y nuevas infraestructuras”.

En este estudio de investigación ‘The Economic Impact of Arms Spending in Germany, Italy, and Spain’, publicado en 2023 por investigadores de las universidades de Newcastle, Milano Bicocca y Florencia, se estima que por cada 1.000 millones de euros que el Estado español invirtiese en Educación, se crearía un 150% más de empleo que si se destinaran a Defensa. Se analiza el efecto multiplicador del gasto de 1.000 millones de euros en una economía en cuatro sectores: armamentístico, de medio ambiente, educación y salud. Los resultados muestran que “los sectores, comparados con el armamentístico, generan más empleo, porque son actividades de servicios en economía nacional, con una relevancia menor de las importaciones, una menor necesidad de adquisición de insumos intermedios y una mayor intensidad de empleo”.

“La conclusión -dice el estudio- es contundente, en todos los casos sin excepción se genera desde un 51% a un 306% más de empleo”. En el caso del Estado español, demuestra que en Educación se genera un 150% más empleos que en la industria militar con la misma inversión pública; en Salud, un 133% más y en Medioambiente, un 81% más.

SIPRI destaca, por otro lado, que desde el año 2002 hasta el 2024 los ingresos por la venta de armas han crecido un 100%. “Una escalada que desvía ingresos públicos y afecta a las personas en su vida”, concluye.

Pobreza, exclusión, bajos salarios…enormes beneficios empresariales

En este sentido en la charla se expuso que mientras los estados “juegan” a meter miedo con la guerra e invierten miles de millones en la industria de matar, no son capaces de terminar con la pobreza y las desigualdades sociales, o de garantizar un mercado laboral con trabajadores y trabajadoras que puedan tener una vida digna de su trabajo.

En la UE en 2024, 93,3 millones de personas (o el 21,0% de la población) estaban en riesgo de pobreza o exclusión social, pero un total de 72,1 millones de personas estaban atrapadas en la pobreza. En el Estado español, según la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, la población en riesgo de pobreza alcanza los 12,55 millones de habitantes (25,8%), pero quienes sí sufren la pobreza son 9,58 millones de personas (19,7% de la población). Son más que en 2008.

También se repasó la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, las condiciones de temporalidad y precariedad que subsisten en el Estado español, la elevada tasa de paro, los numerosos accidentes de trabajo y enfermedades mortales que se producen y que sufre la clase trabajadora; la falta de vivienda a precios más asequibles y los miles de personas sin hogar: en la UE 1,2 millones y en el Estado español en torno a las 30.000 persona, mientras se dedican miles de millones a la industria militar y, por contra, los bancos y los ricos aumentan sus beneficios cada año.

En el debate muy interesante que se produjo, un sindicalista destacó que no cree como dice el informe de OCDE que los salarios reales en Estado -aquellos que descuentan el efecto de la inflación- hayan aumentado un 2,76% en los últimos 30 años, situándose como uno de los peores resultados entre los 38 países que conforman este organismo internacional. A su juicio, “los salarios reales han caído”.

Y por destacar otra intervención, otra persona indicó que con el volumen que este año se destinará a la industria militar desde el Gobierno español (en torno a 40.000 millones en cifras redondas) se podrían construir 500.000 viviendas. Pero se podrían crean puestos de maestros y maestras, profesores, médicos, enfermeras en igual medida. Sin embargo, los gobiernos han optado por apoyar las armas, bajo el chantaje y el miedo a la población que debería despertar ante esta utilización de los fondos públicos de una manera tan torticera.

También otra interviniente abogó por hacer frente a que se imponga la ‘mili’ otra vez de forma obligatoria. Algunos países europeos ya lo vayan a llevar adelante, aunque en el Estado español no se ha planteado de manera directa y decidida, por ahora.

https://sareantifaxista.blogspot.com/2025/12/juanjo-basterra-la-necesidad-de-parar.html

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